Acto 1
ESCENA 1: En el bosque, ante el templo
Los guerreros retornan de una gran cacería del tigre, y Solor, el más noble de todos, se une a ellos. Una vez que han partido los guerreros, Solor manda a decir a Nikiya, bayadera del templo, que la quiere ver.
Los sacerdotes y el Gran Brahaman llegan junto con las bayaderas o bailarinas sagradas, entre ellas Nikiya. El Gran Brahaman fascinado por su belleza, le declara su amor; pero Nikiya lo rechaza recordándole que es un sacerdote.
Al enterarse que Solor la espera, Nikiya va a su encuentro y él le jura fidelidad sobre el fuego sagrado. El Gran Brahamán los está espiando y jura vengarse invocando la furia de los dioses.
ESCENA 2: En el palacio del Rajah
El Rajah (rico amo de la provincia) anuncia que en recompensa por el valor del guerrero, le entregará la mano de su hija Gamzatti, en matrimonio.
Solor queda impactado por la belleza de Gamzatti. No obstante, unido a Nikiya por su juramento, el joven no puede resistir el encanto, ni rechazar el ofrecimiento del Rajah.
La fiesta comienza con la llegada del Gran Brahman que revela al Rajah los lazos que existen entre Solor y la bayadera. Gamzatti, escondida, ha escuchado toda la conversación; se encuentra con Nikiya e intenta persuadirla – a cambio de joyas y ricos presentes – de abandonar a Solor.
La bayadera, desesperada, trata de herir a Gamzatti y luego huye. Gamzatti le jura venganza.
ESCENA 3: En los jardines del palacio del Rajah
Se anuncian grandes fiestas para celebrar el compromiso de Gamzatti y Solor.
Nikiya también debe bailar y en plena danza le entregan una cesta con flores, supuestamente de parte de Solor, con la que baila. Pero entre las flores se oculta un mortal áspid, que pérfidamente ha enviado Gamzatti. La serpiente muerde a Nikiya cuando ésta se dispone a oler el perfume de las flores.
El Gran Brahaman le ofrece un antídoto, pero cuando ella ve a Gamzatti y Solor reunidos, lo rechaza y muere. Solor queda devastado.
Acto 2
En el dormitorio de Solor
Desesperado por la muerte de Nikiya, Solor fuma opio para calmar su profundo dolor. En su delirio, Solor ve a Nikiya en el “Reino de las Sombras”, rodeada por los espectros de las bayaderas. Junto a ella, el guerrero evoca su última danza. Poco a poco, las bayaderas desaparecen y Solor despierta entristecido por la fascinante visión de su amada.