Acto I
El Sr. Wilson, explorador inglés, se encuentra en un viaje por el Antiguo Egipto junto a su criado. Para refugiarse de una tormenta del desierto, varios comerciantes del lugar, muy amablemente, los conducen hacia el interior de una pirámide, donde antiguamente Aspicia, hija de un Faraón, fue enterrada. Los comerciantes le invitan a fumar opio, y Wilson cae en un sueño profundo. Wilson bajo el efecto del opio sueña que aparece Aspicia y el se transforma en el egipcio TA-Hor. Ambos están enamorados y desean estar juntos. Salen de cazan y comparten su amor.
El Faraón, padre de la princesa, acuerda en un contrato casar Aspicia con el rey de Nubia por razones esencialmente políticas. El día de la boda, TA-Hor se escapa con Aspicia. El Faraón y el rey de Nubia intentan capturar a la novia de las manos de su amante, pero TA-Hor y Aspicia se ocultan en la choza de un pescador en el Nilo. Al día siguiente, TA-Hor sale a pescar y el rey de Nubia llega, intentando llevarse a Aspicia. Ella, antes de irse con el prefiere morir, y el rey de nubia ante su gran rechazo la empuja y ella salta al río Nilo. Cuando TA-Hor vuelven a la choza, el rey lo captura y lo lleva frente al Faraón culpandolo de la tragedia.El dios del Nilo, en el fondo del río, permite que Aspicia no muera y le concede el deseo de ver nuevamente a su amado Ta-Hor. De esta manera, Aspicia es levantado y puesta en la tierra, pues TA-Hor está a punto de ser condenada a muerte por la mordedura de una serpiente venenosa.
Aspicia entra en escena e impide la condena. Frente a su padre, culpa al rey de Nubia por causar su salto al río, demostrando la inculpabilidad de su querido y pide a su padre que lance TA-Hor al rio junto a ella. Cuando el Faraón rechazan su pedido, ella intenta tocar la serpiente venenosa.Al ver la reacción de su hija el Faraón se aplaca, concede el deseo y la pareja celebra su amor. El señor Wilson finalmente se despierta con el sarcófago de Aspicia delante y comprende que todo fue un sueño.